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EXTRAÑO EN UNA TIERRA EXTRAÑA

Juan Pablo Chamorro, Velvet Rockmine (Spain), Abril 2004



'Uzak' significa distante, palabra que marca la temática de este film turco. Desde el primer fotograma percibimos distancia. A lo lejos, una persona se aproxima hacia nosotros, atravesando un campo bajo una tormenta de nieve. Con un leve paneo de cámara vemos como a la lejanía se acerca un vehículo que se detiene y recoge al caminante. Esta modesta acción transcurre en varios minutos reales. Tal cual suceden en la vida. Luego de esta primera escena no podemos soslayar una rotunda reminiscencia tarkovskiniana, que ulteriormente se prolongará de manera insistente a lo largo del film. Largos planos secuencia con cámara fija y profundidad de campo, haciendo fuerte hincapié en una composición altamente compleja de encuadre.

'Uzak' es una película de atmósferas, donde lo sustancial acontece en los microclimas conformados en escenas con escasos cortes y con una planificación exhaustiva de la puesta en escena. Esto da lugar a cierta inexorable mirada cautelosa, en la cual el espectador examina los movimientos más sutiles que dibujan los actores. Acompañado por un minimalismo verbal que infiere complicidad del espectador en la construcción de la psicología del personaje, el film se enriquece justamente por esos actos mínimos cargados de significancia con alto grado de ambivalencia. Es decir; frente a lo no dicho, la lectura del espectador se apoya en los gestos y acciones físicas de los personajes, que competen significancias disímiles y ostensiblemente complejas.

Ceylan, su director, relata en tono intimista la relación entre dos parientes: Mahmut, un fotógrafo, y Yusuf, un joven desocupado dispuesto a instalarse en la casa del primero hasta conseguir empleo en la marina. El joven llega a Estambul tras haberse quedado desempleado, al igual que su padre, luego del cierre de una fábrica en las afueras de la ciudad. Con aires optimistas, procura encontrar trabajo en el puerto. La desazón no tarda en llegar; cuando acude por vez primera al puerto y se encuentra con un muelle vacío cubierto por una espesa capa de nieve. Es más; en una toma que dispara el asombro anonadado frente a tanta majestuosidad y lirismo visual, observamos un carguero literalmente semihundido en el hielo. La única nave que vemos partir del puerto es un crucero transatlántico, mientras los vetustos cargueros reposan estáticos en el muelle. Optar por mostrar la ausencia de trabajo de esta manera puede parecer un tanto explícita y sin ahorros de sutileza, pero sin embargo estas escenas están trabajadas con austeridad y delicadeza, resguardada bajo un naturalismo en la puesta y cierto realismo sonoro que confiere una sensibilidad particular, escapándose de cualquier sentimentalismo miserable o denuncia social televisiva.

Tanto Mahmut como Yusuf viven en la misma casa, aunque la distancia entre ambos traspasa los límites de lo soportable. Lo mismo le sucede a Mahmut con su ex esposa y con su hermana. No hay comunicación. La enunciación del film hace partícipe al espectador de lo que ambos personajes ocultan en cuanto comunicación se intenta establecer. Por ejemplo; el fotógrafo llega a casa y molesto por el hedor que desprende el calzado de Yusuf, sin que nadie lo observe, le coloca talco y los guarda en un armario. En estos casos el espectador es cómplice de los vacíos de comunicación entre ambos. Vacíos suplantados con humor liviano y áspero que exigen un grado de inteligencia y deducción. Y esto es lo que sucede cuando se trabaja pensando en el espacio off. Ceylan optó por componer el cuadro amparado en la construcción del tan ausente en la cinematografía actual, el fuera de campo. Idea del fuera de campo como la prolongación imaginaria de lo que acontece en el plano, actividad que conlleva al funcionamiento activo del pensamiento y mueve el tan inerte imaginario colectivo. Un análisis particular merece la escena donde Mahmut sale disparado tras escuchar la charla por teléfono de Yusuf y en consecuencia se lleva por delante la trampa para ratas. Con una puesta sólida amparada en una fotografía al servicio de lo narrativo, y una profundidad de campo justa, Ceylan consigue exprimir la utilización del fuera de campo de manera magistral, al mejor estilo Tsai-Ming Liang o Sokurov.

Si algo caracteriza el cine de Tarkovski es esa particularidad de obtener imágenes arcaicas, primitivas, únicas e irrepetibles. Un cine que circunda en un abismo que no conoce pasado ni futuro del lenguaje. Y son estas particularidades las que se consiguen en ciertos encuadres de 'Uzak'. La ya mencionada toma del carguero hundido alcanza matices pictóricos comparados con el maestro Sokurov y la prima escena del film recuerda el inicio tarkovskiniano de 'El Sacrificio', con aires renovados de espiritualidad. Ceylan tampoco se toma demasiado serio las alegorías; durante una escena donde ambos personajes están contemplando un plano interminable, de una cinta del mismísimo Tarkovski en un televisor, luego del tedio que podría significar presenciar dichas imágenes, el joven Yusuf dice:- “... mejor me voy a dormir”. O mismo en una charla de trabajo el fotógrafo Mahmut es apresado bajo numerosas críticas que se sustentan bajo el criterio de la fotografía como arte muerto, cuando eventualmente 'Uzak' procura revalidar la estética del encuadre fotográfico.

En resumen, contamos aquí con la presencia de un film de esos que procuran decir poco y significar mucho. Película altamente introspectiva, donde los silencios adquieren valor simbólico y los tiempos muertos ganan en reflexión. Un guión sólido sobre una temática bastardeada por el cine contemporáneo; la desocupación. Como 'Los lunes al sol', film que aborda la misma temática de una manera pésima, sin compromiso crítico, con mensaje sensiblero, simplista, abuso de moralinas vergonzantes, personajes unidimensionales y estereotipados y denuncias sociales de lo más superficial y banal posible. Por fortuna, 'Uzak' no cae en ninguno de estos pecados irreparables. Por el contrario, consigue una visión honesta, sensible y responsable sobre la realidad psicológicamente compleja del ciudadano desocupado. Aunque pecaríamos de insensatos si nos quedáramos solo con esta temática. 'Uzak' habla sobre la incomunicación, sobre seres que bordean tanto la desidia como el ostracismo. Desidia anclada en la tediosa cotidianeidad que convierte a estos seres en almas sin incentivos ni ideales. Seres condenados al ostracismo; que conviven bajo un mismo techo, pero que sustentan una distancia abismal. Mahmut tiene su hogar, su mini auto, su trabajo, sin embargo, transmite esa sensación de no encajar completamente en esta tierra, de sentirse como oportunamente dice un viejo tema de U2, "Stranger in a strange land". Y justamente esa es la sensación, que en la última escena del film, queda inquietando en la cabeza tanto de Mahmut como en la nuestra; ese pesar que alguna vez todos vivimos, el de sentirte extraño en una tierra extraña.